#Niños# #difíciles# por Alice Miller
Esta muller dá para moito, xa que dedicou unha gran parte da súa vida a investigar sobre o maltrato na infancia e a escribir case exclusivamente sobre este tema; quizais por descubrir ben adulta que a súa infancia non fora gran cousa, e quizais (esto é cousa miña) porque non foi tampouco unha nai estupenda, deste tema falaremos outro día.
Imos hoxe con un texto recollido do seu libro “El saber proscrito” sobre un artigo que titulou “Cómo salir de la trampa” onde nos fala deste tema tan interesante, e que remata con estas palabras tan contundentes:
«Pegar o humillar a un niño o abusar sexualmente de él es un crimen, porque significa dañar a una persona para toda la vida»
«Los llamados niños difíciles e “#insoportables#” son convertidos en tales por los #adultos#. Nos siempre por sus #padres#. Pues mucha clínicas, las #prácticas# #obstetricia# y de #postparto# contribuyen considerablemente a ello. Hay padres que consiguen mitigar esos #traumas# gracias a buenas dosis de cariñosa dedicación, porque los toman en serio y no niegan su peligrosidad. Pero los padres que mantienen reprimidos sus propios —y gravísimos — traumas, suelen minimizar, por pura ignorancia, el efecto de éstos en sus hijos, dando paso así, innecesariamente, a una nueva cadena de #crueldades#. Su inestabilidad hacia los sufrimientos del niño cuenta con el pleno respaldo de la sociedad, porque la mayoría de las personas y eso incluye a los #expertos#, comparte con ellos esa ceguera.
El único recurso contra la propagación de una enfermedad es una información correcta y bien documentada acerca del agente patógeno. Los padres que maltratan a sus hijos necesitan informaciones clara; ellos mismos se dan cuenta vagamente de que algo no funciona bien cuando descargan su ira en el niño indefenso o lo utilizan para satisfacer sus apetencias sexuales. En vez de tomarse este asunto en serio, los expertos le dan vueltas innecesariamente, pues temen que los padres adquieran sentimientos de culpabilidad, algo que, en su errónea opinión, no debe suceder en ningún caso.
Esa creencia de que no debe culpabilizarse a los padres, sea lo que sea lo que hayan hecho, ha tenido consecuencias desastrosas. La realidad es muy distinta. Al #engendrar# a su hijo, los padres contraen el deber de #cuidar# de él, #protegerlo#, satisfacer sus necesidades y no maltratarlo. Si no cumplen con ese deber, quedan en deuda con el niño, del mismo modo que quedan en deuda con el banco al obtener un crédito de éste. La responsabilidad cae sobre sus espaldas, independientemente de que sean conscientes o no de las consecuencias de sus actos.
¿Tenemos derecho a traer un niño al mundo y olvidar nuestro deber ? El niño no es un juguete ni un gatito , sino un puñado de necesidades que necesita mucha #dedicación# para poder desarrollar sus potencialidades. Si no se está dispuesto a brindarle esa dedicación, no hay que traerlo al mundo. Esas palabras pueden sonar muy duras en los oídos de personas que jamás fueron objeto de esa dedicación y que por ello nunca han podido brindársela a sus hijos. Para aquellos que en su infancia recibieron protección y #ternura#, y que por ello no son niños #desdichados#, esas palabras no suenan duras. para ellos, son la cosa más evidente y trivial del mundo.»
Martina Carracedo